(Si, esos libros)
Una llamada bastó. El momento indicado era ahora, una voz femenina descolgó el auricular y lo inicio todo.
No recuerdo muy bien, como sucedió todo. En ese entonces pensaba que lo único que podría salvarme del tedio, de la mediocridad, del promedio era precisamente eso.
Medio para poder dominar lo in dominable, para hacer de mi existencia una marca registrada, para la trascendencia. Tampoco recuerdo cuando me empezó a fascinar todo este campo eternamente postergado para ciencia. Además, el tiempo en el cual me encontraba no era precisamente el más indicado para encontrar ediciones serias.
— Buenos días
— Buenos días
— Disculpe, llamo por el aviso que colgaron en el periódico
— ¿Aviso? ¿Qué aviso? ¿Que número ha marcado?
— 80135915
— Ah, pero ... ¿que decía el aviso?
— Sobre el expendio de libros
— Aya, en un momento . . .
No había colgado el auricular y entonces escuche que la mujer con la cual había hablado no era la responsable del aviso. Es mas, escuche algo como Llaman por el articulo del periódico de venta de libros. En ese preciso momento, quien contestó la llamada, era la verdadera responsable del aviso.
— Buenos días
— Buenos días
— Llamo por el aviso publicado en los clasificados del periódico sobre la venta de libros
— A claro, los libros
— Si, ¿y que autores tiene?
— Tengo libros de Sri Ramatherio
— Para serle más específico, La Tabla de La Esmeralda en edición antigua o manuscritos de Crowley
— Esta bien, tengo algunos libros, pero los demás se los puedo conseguir.
— ¿Tiene una pluma cerca? Para que vaya apuntando
— Así claro, claro, le escucho
— Los libros que ya le indique antes. Le vuelvo a repetir que busco libros de Crowley, y si su disposición así lo acepta, me sería de mucha utilidad que busque libros sobre Agrippa
— ¿Que?
— Cornelius Agrippa
— Sabe algo, yo estoy formando una lugar para la autorrealización de la gente y diversos cultos...
— Tengo que decirle que acepto ordenes de arriba; trabajo para otra persona. Mi cliente no esta interesado en cultos de ningún tipo, tan solo tiene un interés meramente académico en esto.
— ¿Y quien es su cliente? ¿Para quien trabaja Ud?
— Para un coleccionista, pero es no es de su importancia .
— Esta bien, yo voy a tratar de encontrarlos.
— Espero que esto no le resulte grosero, pero tiene que entender mi trabajo y espero la total y absoluta reserva.
— ¿Reserva porque? ¿De que?
— Olvídelo
— ¿Cuál es su nombre?
— Aleister— Craso error, este tipo de negocios el nombre es lo que menos importa— y tiene alguna dirección a la cual pueda acudir.
— No por el momento, pero llámeme a mitad de semana y podré decirle en donde podríamos contactar
— Esta bien, pero ... en cuanto está cotizando los libros
— Desde 250 000$ por ser copias originales.
— Esta bien, yo le estaré llamando a mitad de la semana.
No acudí a la cita.
Ni mucho menos hice la llamada.
Es más, espere que llegara ... no llegó.
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