Responso al Manifiesto de Octavio

8:41 / Publicado por Octavio Ortiz de Landazuri /



Por Santiago



Reflejo sobre las rocas. Caída sin más en un lago cubierto por ti. Hoy he nacido de entre los ladrillos que cayeron hace mucho. Como de un huevo esencial, he probado que no hay camino en la derrota. He visto las alas de la individualidad volar hacia el horizonte, lentamente hacía el fin, que es punto de todos. Iluminando ... y la casualidad, me puso allí, sentado sobre una tortuga esperando un favor. Conciencia que es también olvido, que es romper el libro que guarda las memorias.

            Desde este animal he visto pasar a todos y cada uno de ustedes. He visto al oficial frenético correr en distintos lugares para buscar al otro, a Octavio. No se ha escapado la mujer, la he visto en muchos sitios a la vez, sus pasos han alivianada mi estancia, lleva del otro, algo que es mío también. El otro no lo sabe, yo sí. Desde aquí, he distinguido al viejo, y nos ha puesto al tanto de todo, ha sido de gran ayuda, ahora comparto muchas cosas con él. Pero de cuando en cuando, él me pregunta por su nieto, y yo desconozco.

            Nadie se ha tomado la molestia de preguntar por mí. Y es que no comprenden que Octavio no volverá jamás. Se jaló, se arrancó, se quitó y ya no puede dar marcha atrás. Un día, Octavio, eligió desconectarse, los brillos de la superficie, de allí arriba, le lastimaban las pupilas y cuando llegó a esta planicie de polvo, eligió descansar, soltar todo ese lastre que acumulaba desde mucho y que llevaba sobre las espaldas, todos los recuerdos, las condecoraciones, los cariños, los besos, que a fin y al cabo, también cuentan y pesan. Deseó por un momento ser otro y aquí me tienen, como Santi, dentro de este gran círculo, no era noticia para nadie que algún día Octavio descendería hasta aquí y yo ... sólo esperaba mi turno. 

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